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EN VICENTE RIVA PALACIO (COORD.), MÉXICO A TRAVÉS DE LOS SIGLOS, MÉXICO, 1888. |
POR: RICARDO CRUZ GARCÍA.
Pese a lo que comúnmente se piensa, el
obelisco que se ubica en la primera sección del Bosque de Chapultepec no se
erigió como un monumento a los llamados Niños Héroes, sino que fue un homenaje
a todos aquellos cadetes del Colegio Militar que participaron en la resistencia
ante la invasión norteamericana en la ciudad de México, en septiembre de 1847.
A 133 años de su
construcción, este obelisco sigue en pie al sureste de la base del cerro de
Chapultepec, frente a un paisaje rocoso donde una placa aún indica que ahí cayó
Juan Escutia después de envolver su cuerpo con una bandera (ahora también sabemos
que no hay elementos que aporten verosimilitud a esa anécdota).
Aunque hoy es llamado
Obelisco a los Niños Héroes, esta obra originalmente fue concebida como un
monumento “a la memoria de los alumnos del Colegio Militar que murieron como
héroes”, en especial a quienes pelearon en las batallas de Molino del Rey y
Chapultepec, el 8 y 13 de septiembre de 1847.
Su construcción fue promovida
por la Asociación del Colegio Militar, fundada en septiembre de 1871 por varios
excombatientes que defendieron el país durante la guerra contra Estados Unidos (1846-1848).
Entre sus miembros se contaban Fernando Poucel (presidente fundador), el
ingeniero Ignacio Molina, el artista Santiago Hernández (autor de los retratos
de los Niños Héroes), el escritor José Tomás de Cuéllar y el licenciado Ignacio
Burgoa. Después de más de 20 años, los sobrevivientes del conflicto armado,
muchos de los cuales eran cadetes en 1847, comenzaron a recuperar la funesta
memoria de aquellas contiendas que terminaron en derrota para las fuerzas
nacionales y dieron paso a la ocupación de la ciudad de México por parte de los
yanquis.
Los miembros de dicha asociación,
acompañados por el primer mandatario de la República y secretarios de Estado, conmemoraban
cada año ambas batallas el 8 de septiembre. Junto al famoso ahuehuete bautizado
por los cadetes como “el Sargento” (hoy también llamado “de Moctezuma”), se
enaltecía el heroísmo de los que murieron por la patria sin importar su corta
trayectoria en este mundo, así como “la defensa de Chapultepec en la que
tomaron una parte tan gloriosa los alumnos [del Colegio Militar] de aquella
época”.
La ceremonia incluía
discursos y poesías de intelectuales como Guillermo Prieto, Juan de Dios Arias
y Juan de Dios Peza, descargas de los alumnos del Colegio, el depósito por
parte del presidente de coronas de flores en memoria de los cadetes que
sucumbieron el 13 de septiembre de 1847, así como la rendición a honores a las
banderas de los batallones de San Blas y Mina, fundamentales en la defensa
contra las tropas estadounidenses.
A más de treinta años
de las batallas de septiembre de 1847, a estas conmemoraciones se sumó el obelisco
erigido entre 1880 y 1881 “bajo los auspicios de los presidentes de la
República Porfirio Díaz y Manuel González”, el cual fue diseñado por Ramón
Rodríguez Arangoiti, arquitecto y excadete del Colegio Militar que participó en
aquellas gestas.
En su cara principal aparecen
los nombres de los que tiempo después serían conocidos como los Niños Héroes:
Juan de la Barrera, Agustín Melgar, Francisco Márquez, Vicente Suárez, Fernando
Montes de Oca y Juan Escutia. Es decir, ya se comenzaba a construir el relato
patriótico que concentraba en ellos la defensa del Castillo de Chapultepec, dejando
de lado a los demás cadetes, al Batallón de San Blas y a otros participantes.
En las otras caras del
monumento se hallan las listas de nombres de los integrantes de la 1ª Compañía,
comandada por el capitán Domingo Alvarado, entre ellos José T. de Cuéllar,
Ignacio Molina, Santiago Hernández y el mismo Rodríguez Arangoiti; los miembros
de la 2ª Compañía, entre ellos Miguel Miramón (futuro presidente de México);
así como los heridos y prisioneros, entre quienes se encuentran el general
Mariano Monterde (entonces director del Colegio Militar) y el teniente Fernando
Poucel.
Colofón: hace unos
años, en septiembre de 2011, se erigió una réplica del Obelisco a los Niños
Héroes en el antiguo Colegio Militar de Popotla, en la ciudad de México. Su
construcción también fue promovida por los miembros de la Asociación del
Heroico Colegio Militar y ahora ahí cada año conmemoran la defensa de la capital
ante los estadounidenses en 1847.
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CADETES MONTAN GUARDIA EN EL OBELISCO A LOS NIÑOS HÉROES, SIGLO XX. FOTOTECA NACIONAL, SINAFO, CONACULTA-INAH. |
PUBLICADO EN CIUDAD ÍNTIMA.
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