58 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional

58 Muestra Internacional de Cine en la Cineteca Nacional

El impacto social de la innovación tecnológica, la intolerancia ante las minorías, el radicalismo de la fidelidad religiosa o la efervescencia de las posturas políticas extremas, dan pulso a un agitado mundo moderno. Toca a las manifestaciones humanas como el arte, como el cine, buscar interpretar el devenir vertiginoso de todo este acontecer que marca nuestra época. Tal inquietud está presente en la propuestas cinematográficas que este 2015 dan forma a la edición 58 de la Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional.

Son 14 títulos provenientes de Italia, Grecia, Brasil, Canadá, Nueva Zelanda, España, México, Corea del sur, Estados Unidos, Tanzania, Alemania, Hungría y Francia, los que comprenden la programación de la Muestra de este año en su edición de primavera y que se exhibirán a partir del 27 de marzo en la Cineteca Nacional.

La muestra arranca con la obra italiana El capital humano (Il Capitale Umano, 2013), en la que se observa a la Italia actual desde la tragedia de dos familias empresarias. A través de una narrativa no lineal, el director Paolo Virzì presenta el valor de la vida en una era de capitalismo.

La rica tradición del cine griego se ve ahora continuada por Panos H. Koutras. El cineasta presenta Xenia (2014), filme en el que la misión de Dany y Odysseas es hallar a su padre para obtener la nacionalidad griega. Las tendencias ultraderechistas de Atenas son la fuente de conflicto en la trama.

Aterrizando en el continente americano encontramos a la brasileña El niño y el mundo (O merino e o mundo, 2013), película animada de Alê Abreu que aborda la disparidad del campo y la ciudad, y que emplea múltiples técnicas audiovisuales. La cinta ganó los premios del Jurado y del Público en Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, Francia, el más importante de su categoría.

Por su parte, una crítica a los absurdos de la vida moderna es lo que explora Atom Egoyan en Cautiva (The Captive, Canadá, 2014). Este cineasta de origen armenio, recurrente en la programación de la Muestra, se manifiesta fiel a su estilo desarrollando una historia permeada por el suspenso interno.

De Europa occidental se incorpora un verdadero hit de 2014, El pequeño Quinquin, (P'tit Quinquin, 2014) filme que como serie televisiva resultó todo un suceso. Con esta obra, Bruno Dumont se aleja de su característico tono solemne para ofrecernos un gracioso thriller policiaco en el que el director convierte los escenarios de su infancia natal en un inquietante ejercicio audiovisual.

La programación sigue con la neozelandesa Mentiras blancas (White lies, 2013) de la mexicana Dana Rotberg, quien exhibe un cuadro de contrastes entre la comunidad rural maorí, y la rígida y patriarcal sociedad de los colonizadores blancos de la época en la Nueva Zelanda de inicios del siglo XX.

Por parte de Hungría se incluye un interesante juego de géneros que va de la fantasía al terror. En Hagen y yo (White God, 2014) Kornél Mundruczó ofrece una metáfora de la aceptación y tolerancia hacia las minorías sociales. Esta obra se quedó con el premio Una Cierta Mirada en Cannes, en 2014.

Mientras que la propuesta española de Jaime Rosales, Hermosa juventud (2014) toma el pulso de una generación desilusionada al exhibir una juventud irónica, cada vez más inmersa en un mundo tecnológico y desesperanzador.

Por otro lado, el segundo largometraje de Jorge Pérez Solano, La Tirisia (México, 2014), se apoya en las historias de cientos de mujeres forzadas a escoger entre sus hijos y su pareja para mantener a flote sus familias. En el filme del cineasta originario de Oaxaca, las protagonistas padecen la “enfermedad del alma”.

La selección continúa con el más reciente trabajo de Kelly Reichardt: Radicales (Night Moves, Estados Unidos, 2014). Se trata de una historia de suspenso en la cual pone en relieve el extremismo político en relación con los problemas ecológicos, a través de los activistas Josh y Dena.

Finalmente, esta programación guarda una cita con la obra de uno de los históricos del cine europeo: Alain Resnais, un cineasta ya desaparecido pero cuyo valioso legado podrá apreciarse en su última cinta: Amar, beber y cantar (Aimer, boire et chanter, Francia, 2014); una historia cómica con tintes de humor negro adaptada de una pieza teatral de Alan Ayckbourn.

Es así que la primavera nuevamente se anima con este tradicional muestrario del ejercicio fílmico internacional, que al paso de las décadas se ha posicionado como la ocasión esperada por muchos cinéfilos para citarse con el cine que suscita la mayor expectación en los más importantes foros alrededor del mundo.