Nutrida con resonancias indígenas oaxaqueñas y cadencias mestizas en las que lo mismo suena la mazurka que el danzón o el jazz, la agrupación Pasatono Orquesta hace una síntesis de la música mixteca y da origen a una propuesta que une extremos: lo rural con lo urbano, lo antiguo con lo contemporáneo, lo local con lo global.
Esta banda, que le ha cantado lo mismo a la tristeza que al amor desde hace 17 años, hará el sábado 21 de marzo, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, un homenaje a la Maroma, tradición del circo mixteco con raíces en la época prehispánica.
La Maroma tiene lugar en descampados, atrios y solares durante las fiestas de los pueblos. Es un acto circense nocturno en el que no se incluye carpa ni animales, y en la cual el protagonista central es el payaso, personaje que dirige la función a través de poesía, prestidigitación, acrobacia e intermedios cómicos.
Para conocer y entender el universo musical de esta tradición, Pasatono visitó a viejos músicos y maromeros por toda la región de la Mixteca en los estados de Guerrero, Oaxaca y Puebla. Bajo la dirección del compositor e intérprete del bajo quinto, Rubén Luengas, la agrupación hizo una interpretación personal de estas melodías circenses que quedó plasmada en Maroma, su más reciente producción discográfica.
En este trabajo se expresa el sentimiento de la herencia de las armonías antiguas con arreglos y versiones que incluyen presencias musicales de esa región, como el viejo jazz dixieland; los ritmos africanos, a través del danzón y la rumba; los ritmos húngaros tras las caravanas de gitanos que llevaban cine a los pueblos, y la música tradicional de esta zona, que aglutina melodías de distintos orígenes y épocas, como la chilena, además de sonidos europeos como la polka, el pasodoble, la marcha y la mazurka.
Todas estas manifestaciones han sido compartidas a través de la tradición oral, y en la actualidad permiten el diálogo multicultural. Sin embargo, las orquestas tradicionales en la mixteca están casi extintas o han sido transformadas drásticamente.
Pasatono Orquesta, que con su nombre hace honor a la manera en que los viejos músicos mixtecos llamaban al diapasón del violín o del bajo, pretende dar continuidad al uso de instrumentos emblemáticos para la región y que están en riesgo de desaparecer, como es el caso del bajo quinto, instrumento de cuerda de mayores dimensiones que una guitarra, con cinco pares de cuerdas de metal que funcionan como dos instrumentos en uno: El primero con función de bajo, y otro con acompañamiento armónico y contrapuntístico.
La formación instrumental de las bandas en la Mixteca a finales del siglo XIX y hasta mitad del XX era como hoy en día es la de Pasatono Orquesta: instrumentos de cuerda, aliento madera, aliento metal y percusiones; esto es, violines, contrabajo, bajo quinto, banjo, clarinete y trompeta, así como la participación de un barítono o trombón.
En su presentación en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, Pasatono Orquesta contará con la participación, a manera de performance, del payaso y maromero tradicional Alfonso Jiménez, de la Maroma de San Miguel Amatitlán, Oaxaca; así como de Charlotte Pescayre, alambrista franco-mexicana quien simboliza la aportación europea de las artes circenses a la Maroma.
Pasatono Orquesta se presentará el sábado 21 de marzo, a las 19:00 horas, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (Donceles 36, Centro Histórico, cerca del Metro Allende). Boletos en taquilla. Localidades: 200 y 150 pesos. 50% de descuento a estudiantes, maestros, militares, trabajadores de gobierno e INAPAM.
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