Mucha historia podemos encontrar en nuestro Centro Histórico, cada uno de los edificios que observamos en el primer cuadro guardan historias increíbles, todos construidos sobre una ciudad prehispánica que conocemos como Tenochtitlan y que fué oculta durante la conquista para que se preservara "la nueva cultura" solamente y el pueblo se olvidara de lo que antes hubo.
En ése entorno fue como se comenzó a construir la Catedral Metropolitana, los materiales que se utilizaban en su construcción provenían de los mismos templos aztecas y que Hernán Cortés aprovechó para su propósito.
La iglesia que comenzaron a edificar los conquistadores españoles fué nombrada Catedral en 1534 por Carlos V y dicha metropolitana hasta 1547, cuando la capital de la Nueva España ya comenzaba a contemplarse con su nueva apariencia. Aunque parezca increíble, la edificación que conocemos actualmente, no se vió así sino hasta 1813, casi 3 siglos después de que Hernán ordenara su construcción.
Pasemos al motivo de ésta nota: los detalles de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México; lo impresionante de la fachada de el monumento histórico más importante de la ciudad, es que podemos observar casi 3 siglos de historia en sus relieves que guardan con mirada vigilante la historia de su formación. El trazo original fue del español Claudio de Arciniega por el año de 1570, Juan Gómez de Trasmonte intervino la catedral durante casi todo el siglo XVII dando paso a José Damián Ortiz de Castro quien terminó ambas torres, la cúpula y obras al interior, para finalizar la obra Manuel Tolsá desde Valencia.
En la fachada podemos encontrar tres relieves de mármol donde se representan la asunción de la virgen maría, el cielo de San Pedro y la Barca de la iglesia. En el centro podemos ver un reloj puesto por Tolsá, además de las esculturas, balaustradas y florones que coronan la fachada y que podemos disfrutar en otras edificaciones del mismo arquitecto español.
El campanario de la catedral tiene 33 campanas de distintos pesos y edades, la más antigua fue fundida en 1578 sólo 5 años después de comenzar a construirse el nivel inferior de la catedral. La más grande tiene un peso aproximado de 13 toneladas y la más reciente coincidió con la santificación de Juan Diego y bendecida por el papa J.Pablo II en su última visita a México con un peso de 2 toneladas.
Las torres de Catedral tienen una altura entre 64 y 67 metros, rematadas con una forma de campana por Ortiz de Castro en 1788 y tienen espacio para albergar 56 campanas, aunque no se utiliza todo el espacio disponible. Una curiosidad que ocurrió en 1943 en los campanarios fue el accidente en el interior de uno de ellos donde un campanero inexperto intentó mover una de las campanas que deben moverse por el interior, lo hizo por el exterior y lo golpeó en la cabeza muriendo al instante.
Por último te dejamos con el resto de los detalles de ésta gran edificación, que muy aparte de lo que representa, en su fachada está trazada la historia de 270 años (aprox.) de nuestra arquitectura citadina, en su fachada podemos disfrutar del avance en construcción. Incluso con el hundimiento de la Catedral, la arquitectura moderna nacional está a prueba para resolver el problema.
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