Teatro Corsario, fundado en 1982 en Castilla-León (España), con su técnica de manipulación de títeres, han recibido premios incluso de aquellos países que tienen una gran tradición y experiencia en el manejo de este arte. Su trabajo puede compararse con el arte del Bunraku, en Japón –técnica de manipulación de marionetas que une tres artes escénicas: marionetas, recitación y música--, comentó Jesús Peña, director de la compañía, aunque aclaró que ellos van más allá, no hay hilos ni alambre que manipule al muñeco, en escena el cuerpo de los manipuladores es totalmente escondido.
“Lo que se busca es que el títere cobre vida propia. Tratamos de conectar al espectador, por medio de la sensibilidad, con las historias presentadas, no sólo en un plano conciente de lo que pueden observar, también con aquellas claves que son comunes en todas las partes del mundo”, puntualizó.
Aullidos incluso tiene un punto de ingenuidad al margen de que todas las historias sean escabrosas, como es el caso de la historia de Talía, personaje equivalente a todas las heroínas de los cuentos de hadas que se incluyen en la obra, una adolescente que se encuentra en la tesitura de pasar a la edad adulta. En ese tránsito, expuso Peña, tiene que enfrentar todo tipo de peligros: sexuales, humanos o sobrenaturales, por lo que la madre muerta resurge como fantasma para tratar de protegerla.
A propósito del contexto verbal y ambiental de Aullidos, el director de escena compartió con los medios su fascinación por las historias fantásticas, misma que se ve reflejada en este espectáculo. “Esta sesión es una relación entre el horror y la belleza, una forma distinta de presenciar el espanto. Quisimos mostrar con nuestra técnica escenas que resultaran más poéticas y plásticas”.
El reto al mostrar nuestros espectáculos, mencionó Sergio Reques, uno de los actores-manipuladores, es dar vida a algo inerte, “aquí el titiritero se pone al servicio del títere, uno se tiene que modificar y cobrar la personalidad que él mismo integra. Sólo así creemos que adquiere una vida propia”.
Esta es la segunda vez que Teatro Corsario visita la Ciudad de México, la primera fue en 1996 con una obra que hablaba de la Pasión de Cristo en Semana Santa.
En representación de Nina Serratos Zavala, Coordinadora del Sistema de Teatros, estuvo presente Lourdes Lecona, Subdirectora de Enlace y Gestión, así como Teresa Lázaro y Olga Mansilla, actores y manipuladores miembros de Teatro Corsario.
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