Presidió esta audición la Secretaria de Cultura del Distrito Federal, Elena Cepeda de León, quien junto con miles aplaudió de pie la interpretación que esta orquesta, bajo la dirección huésped de Rodrigo Macías, hizo de Tríptico Mexicano, de Manuel Enríquez; Redes de Silvestre Revueltas; Altar de Fuego, de Gabriela Ortiz; Danzón No.2 de Arturo Márquez y Huapango de José Pablo Moncayo.
Fue la primera vez que Altar de Fuego, la obra compuesta por Gabriela Ortiz a petición de la Secretaría de Cultura capitalina para celebrar el centenario de la lucha armada, se ejecutó al aire libre, en una noche fresca, pero no fría, con un aire de celebración en el ambiente y las impresionantes imágenes de cintas como ¡Que viva México!, de Sergei Eisenstein; Redes, de Benito Alazraqui; o imágenes del Archivo Histórico Cinematográfico Toscano, e incluso de un documental sobre danzón transmitido en televisión pública.
Sobre Altar de Fuego, la directora de Operación de la OFCM, Amelia Guízar Bermúdez, hizo notar en entrevista que se trata de una obra de un solo movimiento, con 30 minutos de duración, integrada por sonidos potentes, de gran fuerza, color y energía orquestal, cuya ejecución es compleja y demandante para la orquesta, que entre otras características debe tener una sólida y rica sección de percusiones.
Para esta composición, Gabriela Ortiz invirtió seis meses de trabajo. Se inspiró en la obra Cartucho de Nellie Campobello, cuyo contenido la ubicó en paisajes y descripciones poéticas sensoriales, que pretendió reflejar, además de evocar a través de sonidos el festejo de la Revolución Mexicana y hacer lucir a la OFCM.
Para Tríptico mexicano, de Manuel Enríquez, obra que abrió el concierto, se escogieron las imágenes de ¡Que viva México!, de Sergei Eisenstein; Redes, de Silvestre Revueltas, fue ilustrada con escenas de la cinta Redes, de Benito Alazraqui. La grandeza de Altar de Fuego mereció imágenes más realistas provenientes del Archivo Histórico Cinematográfico Toscano, mientras que Danzón número 2, de Arturo Márquez, se complementó con los preparativos para el baile, provenientes del documental sobre danzón transmitido en televisión pública.
Rodrigo Macías, actual director asistente de la Orquesta Filarmónica de la UNAM, y quien se ha presentado al frente de las principales orquestas del país, hizo gala de su talento en la dirección orquestal, en un concierto que irradió por todos sus costados aires nacionales y que en el Encore, se complementó con el infaltable Huapango, de José Pablo Moncayo.
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